Casi media vida en Valencia

                                                                            

    
                                                


Seis años que no escribía aquí, las últimas fueron para tratar un tema triste que perduró y sigue coleando, el secuestro de mi hijo a lo largo de 5 años. Lo conseguí repatriar conmigo a España tras sacarlo de la secta de un pedófilo condenado por hechos de abusos sexuales en la que había pasado los dos últimos años de su secuestro. Su madre pretende regresar allí, el todavía no ha entendido los peligros que conlleva y en principio se muestra a favor. Así que el tema colea. Yo ya pretendo volver a escribir sobre asuntos menos delicados y mas alegres. Aunque a  la vez que caía en la cuenta de que  llevo casi media vida en Valencia, y a pesar de encantarme mi ciudad, los últimos años, incluso tras el regreso con mi hijo, ya muy desorientado él por todo lo que le había ocurrido, no han sido todo los felices que deberían.

Y no sé si fue un error pero parte de la raíz de mis actuales sinsabores proceden de mi militancia de joven en las filas de partido socialista. En las juventudes de éste partido encontré a la futura madre de mi hijo, al que mas tarde sería capaz de secuestrar e integrar a la secta de tarados seguidores de un gurú que violaba a niños. De este partido también es el abogado al que avisaba desde que mi hijo tenia tres años de que lo que ocurrió cuando tenía siete podía ocurrir, y que me aseguró que se pondría al frente para luego dejarme tirado. Durante los años que duraba la estancia alejada e ilegal de mi hijo en Argentina me lo crucé varias veces y se mostró completamente indiferente, es más, en alguna ocasión que intentaba abordar el tema hizo lo posible para cerrar la conversación recordándome lo económica que me había salido la separación acudiendo a él. Más gente de éste partido mostró una gran impasibilidad ante todo este calvario, no sé si suponiendo que algo habría hecho yo para merecer todo eso. A sabiendas de lo ocurrido, un político igualmente socialista que ha llevado años temas de infancia le dio a su regreso a la madre secuestradora y miembro de una secta liderarada por el delincuente sexual la ocasión de discurrir sobre violencia obstétrica. No sé que pasa en ese partido pero me temo varios de sus afiliados no predican con el ejemplo de responsabilidad y altruismo.

Lo que he vivido me ha golpeado fuerte y a día de hoy ya pensaba haber alcanzado un grado de felicidad superior al que siento. Pero los ecos del secuestro siguen allí, un adolescente que sigue sin entender, su madre que pretende reintegrarlo a la secta a su mayoría de edad, los problemas económicos derivados de los gastos en justicia y en viajes y mas inconvenientes.

Es difícil evitar algo de rencor después de todo lo vivido y, al parar a pensarlo, quizás por momentos mi actitud con ciertas personas o en ciertos momentos haya podido parecer la de un animal herido, despellejado o de un ser belicoso.  Nunca ha sido mi intención; soy un "écorché vif" pero en lo que más pienso es un políticas de izquierdas y en amor. Así de sencillo. Para los que no lo han percibido o con quienes mis propósitos han podido parecer otros, voy a intentar adecuar más mis actos con mi filosofía. Siempre preferiré caer mal o provocar indiferencia a parecer malvado o malintencionado. Y tras un periodo de introspección intentaré inscribir sobre cosas más interesantes y divertidas en próximas entradas.

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