Estuve en el Belgrano-Ferro de Primera B Nacional de abril del 2010, bajo el granizo
Aquella Noche
¡Viví noches memorables de fútbol, hasta europeas, en la Meinau o en el Ciutat, pero que decir de aquella noche de partido de Primera B Nacional del 2010 en el Gigante de Alberdi!
Yo ya tenía bastante
claro que a lo largo del mes no iba a poder ver a mi hijo. Aunque menudo alivio poder
ver sus centros de vida y todo eso. Porque el agujero negro que era Argentina para mi
desde el secuestro, vaya.
¡Y permitirme
ir junto a Fede, el encantador chaval que me hizo de Belgrano, al Gigante de
Alberdi, fue un puto lujo!
El mejor partido, en el mejor momento, en la mejor cancha posible. El delantero ese que me llamó la atención se llamaba Franco "el mudo" Vázquez. “Es nuestro especial", me dijo Fede, cuando se lo señalé. Luego se lo recomendaría, mucho antes de que fuera famoso, al consejero del Levante Ramón Vilar (D.E.P).
"Gallina" le gritaban en coro al de Ferro que tenia pasado en los enemigos de Talleres. "Pecho frío" se le solía gritar al adversario también.
Y se te digo que
el partido se interrumpió varias veces por lluvias intensas de pedruscos de granizo, apaga y vámonos. Bueno, no apagues, aunque por momentos los focos del estadio sí se apagaran. Es que cuando los equipos del Club Atlético Belgrano y del Club Ferro Carril Oeste se retiraron porque ya no se podía jugar, los cánticos y los temblores del suelo bajo nuestros
pies provocados por los ultras del lado de enfrente, detrás de la otra portería … se redoblaron.
En donde yo estaba
se sabían todas las canciones y había movimiento y tal, pero nada que ver con
los de enfrente, je. Además, mientras ellos redoblaban nosotros intentábamos ponernos primero bajo paraguas y luego bajo techo.
Luego el mítico partido acabó en victoria 3-1, habiendo fallado el equipo local y vencedor, del que yo era nuevo seguidor, hasta dos “penales”.
A pesar de que se trataba del mismo
equipo del que el marido de la secuestradora era fan, con semejante partido no
me costó nada hacerme hincha.
El hotel donde me hice pirata celeste
Y eso que discutíamos a menudo con el regente de la cafetería del Hotel del Círculo de Suboficiales de la Fuerza Aérea, en el que me alojé mucho tiempo, y que era de Talleres.
Encima a mi Talleres me sonaba más familiar y en principio era mi club favorito de Córdoba. ¡Y es que había visto jugar en la Meinau al excelente “10” que habíamos fichado de allí! Diego Héctor Garay, un pequeño Diego Armando Maradona, pero de Talleres, y luego brevemente del Racing de Estrasburgo, en un fichaje tan envuelto en polémicas mafiosas que se acabó frustrando.
El equipo que mandó a River Plate a la B, eso Talleres nunca lo podrá superar.
El Hotel de las fuerzas aéreas de la calle Marcelo T. de Alvear de Córdoba fue, como varias de las cosas que me ocurrieron allí y a pesar de mis desventuras por el secuestro y todo eso, la elección perfecta.
Maravilloso hotel a los que les agradezco mucho a los Robledo/Ávila Paz haberme metido (como les agradezco todo, su esfuerzo, su dedicación, su talento de brillantes juristas). Y Fede, mi introductor en lo del pirata de Alberdi, era unos de sus conserjes y conserjas, que se portaron de puta madre conmigo.
La conexión a internet fallaba bastante y a menudo te despertaban trompetas de uniformados muy muy pronto por la mañana. Creo que cada fecha en la que había pasado algo durante la guerra de la Malvinas se celebraba a base de instrumentos de viento tocados por militares. O sea, casi todos los días. Pero los veía desde la ventana de la habitación de la que había retirado los símbolos católicos y me entusiasmaban. Así como me entusiasmaba la pileta de abajo del hotel, rudimentaria pero grande.
Ya que estamos con el fútbol, me crucé por la misma calle del hotel alguna vez con Luis Islas, que entonces entrenaba a Racing de Córdoba :-) Y si hablamos de baloncesto me crucé alguna vez con Fabricio Oberto, en Córdoba también, pero solo a lo largo de mi tercera estancia allí, la del 2014. Charlamos un buen rato, vivía cerca de donde estuve instalado una temporada y me lo encontré mientras yo iba a por el pan y él a por unas cuerdas de guitarra, en una tienda que se encontraba por mi camino. Y es que se ha metido a rockero ;-) Un barrio de famosos en el que vi pasar alguna vez también en bicicleta a la Mona Jiménez. No muy lejos de donde me hospedaron entonces se encontraba la casa del hijo de De La Rúa, en la que estuvo alguna vez Shakira ;-)
Jugadorazos
En la alineación del pirata del día de Ferro también figuraban leyendas como Olave, que llegó a jugar en Murcia, el picante Pereyra, Farré, o varios otros que probaron suerte en Europa más tarde.
Con el Tete Gonzalez, que jugó en la Lazio, otro ídolo celeste, compartí aeronave, aunque él no lo sepa, de Buenos-Aires a Córdoba en un
vuelo de Austral.
Y después de aquella inolvidable noche de fútbol y amistad, en mis siguientes viajes, no me quedaría más que volver a ver jugar a Belgrano, estas siguientes veces en el estadio Kempes, estadio al que también le di bastantes vueltas corriendo ;-)
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